Las tarjetas de crédito se popularizan en los años 60 del siglo pasado y surgen como complemento al dinero en efectivo para facilitar las operaciones de los consumidores. Una ventaja es que pueden ser utilizadas en todo el mundo, sin preocuparnos de disponer de dinero en efectivo en la moneda local.
Las tarjetas de credito son tarjetas que se utilizan para disponer de una línea de crédito que permite al titular de la tarjeta hacer compras o retirar dinero de un cajero o de un banco hasta un determinado límite y en un plazo de tiempo especificado que suele ser de un mes. La gran ventaja de las tarjetas de credito es que el crédito utilizado puede ser pagado por completo cada mes o fraccionar el pago en varios meses. Esto nos da una flexibilidad a la hora de hacer compras que podremos pagar posteriormente en varios plazos.
Como ya hemos dicho arriba, a la hora de pagar podemos hacerlo de dos maneras:
Pagar a fin de mes
O, más bien, a principios del mes siguiente. De esta manera los gastos que hayamos hecho con nuestra tarjeta son cargados en la cuenta asociada a la tarjeta a primeros del mes siguiente. Haciéndolo de este modo no pagaríamos intereses.
Pagar de forma aplazada
Podemos fraccionar los pagos de una forma flexible y decidir cuánto queremos pagar cada mes, aunque siempre suele haber un mínimo. Hay que tener en cuenta que, aunque esta es una forma muy cómoda de pagar nuestras compras, aquí sí que tendremos que pagar unos intereses que habrán sido establecidos al aceptar el contrato de la tarjeta y que no es extraño que superen el 20% anual.
Debido a los esfuerzos de marketing de las entidades bancarias podemos ver tipos y nombres distintos de tarjetas de credito. Así encontramos nombres como ‘clásica’, ‘oro’, ‘plata’, etc. dependiendo de los limites de crédito y de las condiciones de cada una.
Los bancos suelen cobrar una comisión anual por la tarjeta de credito. Además, las tarjetas de credito suelen llevar asociadas algún tipo de seguro, ya sea de viajes o de accidentes, o incluso seguros en caso de robo y utilización fraudulenta. Esto depende siempre del tipo de tarjeta y de la entidad bancaria y vendrá explicado en las condiciones del contrato de la tarjeta que es conveniente leer con atención.